"La expectativa y el deseo hacen que no veamos lo que la vida nos está ofreciendo. Nada de lo que existe afuera puede llegar a satisfacernos. Nada de afuera alcanza para sentirnos completos. Hay una insatisfacción permanente, una angustia existencial que solo puede desaparecer en la medida que nos acercamos a nuestro origen, nuestra esencia. Cuando tocamos el centro mismo del ser, comprendemos que no existe ninguna otra necesidad. Despertamos del sueño en que creíamos que necesitábamos del mundo externo para estar bien. Llevamos un montón de creencias a cuestas, y aunque parezca que vamos por el camino indicado en realidad son parte del sabotaje para no vivir en plenitud. Si a cualquiera que se le pregunta si quiere ser feliz, la respuesta va a ser positiva inmediatamente. Pero si comenzamos a investigarla razones por las cuales no logramos estar bien con nosotros mismos, descubrimos que los mandatos son unas de las principales interferencias. Los mandatos y creencias sociales y familiares son pesos, que tenemos encima, cargas que la mayoría de las veces nos impide correr el riesgo de ser. Parte del aprender es equivocarse, parte de la búsqueda es meterse en el camino errado. La sabiduría es también aprender de los errores, ver la ganancia en el supuesto fracaso, obtener la riqueza en lo perdido. Para el mundo exitista en que vivimos el fracaso es mala palabra y el error es cometido solo por los tontos. En el camino de ser uno mismo no hay fracasos, sino aprendizajes, no hay errores, sino crecimiento, no hay perdida, sino ganancia de los caminos recorridos. La expectativa y el deseo son estímulos que nos vienen del mundo externo y que nos distraen de lo que verdaderamente somos. Construimos una autoimagen para estar acorde con las imágenes del afuera. Nos quedamos aferrados a la estructura lógica. El problema es que para encontrar quienes somos, los senderos que tenemos que tomar la mayoría de las veces se contradicen con esta lógica. Si no escuchamos a pleno lo que nace de nuestro corazón y nos dejamos llevar por la certeza de lo que surge de allí sentimos confusión, no sabemos que hacer. Y lo que es peor aun, no sabemos quien tiene la razón. Cada uno de nosotros conoce su propia verdad. No hay una sola razón ni una sola lógica. Hay muchas maneras distintas de ver la realidad, de ver lo que nos sucede. Por lo tanto hay múltiples formas de hacer las cosas. Pero un solo punto de partida: el amor. Es el que nos puede ayudar a centrarnos, a tener confianza, fuerza, certeza, a sentirnos protegidos, con coraje para enfrentar las cosas más inverosímiles. Es el que nos permite hacer posible lo imposible. Es el que nos recuerda que todos estamos unidos, más allá de nuestros pensamientos, de nuestras emociones, de nuestras ambiciones, de nuestras diferencias, de nuestros arraigos. Más allá de nuestra cáscara, nos une lo esencial: el amor".
Extracto del Libro "Mirando Nuestro Interior", por la Lic. Nora Chimirri
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